Bruselas flexibiliza la cuota femenina en los consejos para vencer el bloqueo
El plan de la vicepresidenta de la Comisión Europea solo se aplicaría en grandes empresas cotizadas en Bolsa y las sanciones quedarían en manos de los Estados miembros
Un 60% de licenciados en Europa son mujeres, pero representan poco
más del 13% de los puestos de dirección. Esta realidad es la que
pretende cambiar Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisión Europea y titular de Justicia, con su propuesta de establecer cuotas femeninas en los consejos de administración de las empresas
que espera presentar antes de que finalice el año.
Reding desgranó ayer, durante la reunión que mantuvo con diputados del Parlamento, las que serán las líneas generales de dicha propuesta, más suaves que las que había indicado inicialmente el pasado marzo.
Todo apunta a que propondrá una directiva de mínimos, para lograr consenso en el Consejo —nueve países encabezados por Reino Unido, suficientes para bloquear su aprobación, ya se han mostrado en contra de la medida—. La propuesta, según adelantó, pretende imponer cuotas solo para los consejos de administración —el órgano de dirección y supervisión que representa a los accionistas— pero no en los puestos ejecutivos. “No queremos interferir en la gestión de las empresas, eso supondría infringir la legislación europea”, explicó Reding. Solo afectaría a grandes compañías cotizadas en Bolsa; y las pymes, aun cumpliendo este requisito, quedarían exentas de la exigencia de elegir mujeres para sus cúpulas. La vicepresidenta aboga por establecer sanciones en caso de incumplimiento, pero serían los países los que, a partir de un mínimo, establecerían el castigo. “Siempre podrían ir más allá de lo que se establezca en la Unión Europea”, dijo. En este sentido, habló además de “flexibilidad” para las compañías “cuando veamos que les ha sido imposible encontrar una candidata para un determinado trabajo”.
La directiva tendrá, en caso de ser aprobada en los términos que adelantó ayer Reding, fecha de caducidad. “Nuestro objetivo no es poner cuotas para siempre sino romper el techo que impide a las mujeres alcanzar puestos de poder y, una vez roto, no harán falta cuotas”. Recalcó además que la elección de una fémina “siempre” debería estar basada en sus méritos. Pero consideró que eso no será un problema: “Talento hay”.
La medida suavizada da respuesta a algunos de los argumentos de los detractores a la medida. Uno de ellos es que es competencia de los Gobiernos nacionales legislar al respecto. Pero Reding les recordó ayer en su discurso que “solo se legisla a nivel europeo si las leyes nacionales son insuficientes para lograr un objetivo”. Y añadió que desde que nueve países le manifestaran por carta su rechazo, entre ellos Reino Unido y Holanda, ha recibido “muchas otras misivas” a favor de sus intenciones. Entre ellas, señaló, la del Gobierno francés firmada por la ministra de Igualdad y el ministro de Economía. “Un hombre”, recalcó.
Reding lanzó otro mensaje a los países contrarios a las cuotas: “Sé que puedo contar con el Parlamento Europeo y espero que también pueda contar con los nacionales para que esto salga adelante, porque es necesario para nuestra sociedad y nuestra economía”, dijo, e insistió en los beneficios económicos, además de los sociales, que supondría incorporar a las mujeres a los puestos de dirección. “Se creará más empleo”, vaticinó.
A los partidarios de que establecer cuotas quede a voluntad de las empresas les recordó que hace un año propuso a más de 1.000 compañías que voluntariamente aumentaran la proporción de mujeres en sus consejos de dirección. “¿Qué ha pasado? ¿Qué revolución ha habido? Ninguna, pero el mero hecho de haber planteado el tema, ha impulsado que se incorporen más mujeres a puestos de dirección”.
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Reding desgranó ayer, durante la reunión que mantuvo con diputados del Parlamento, las que serán las líneas generales de dicha propuesta, más suaves que las que había indicado inicialmente el pasado marzo.
Todo apunta a que propondrá una directiva de mínimos, para lograr consenso en el Consejo —nueve países encabezados por Reino Unido, suficientes para bloquear su aprobación, ya se han mostrado en contra de la medida—. La propuesta, según adelantó, pretende imponer cuotas solo para los consejos de administración —el órgano de dirección y supervisión que representa a los accionistas— pero no en los puestos ejecutivos. “No queremos interferir en la gestión de las empresas, eso supondría infringir la legislación europea”, explicó Reding. Solo afectaría a grandes compañías cotizadas en Bolsa; y las pymes, aun cumpliendo este requisito, quedarían exentas de la exigencia de elegir mujeres para sus cúpulas. La vicepresidenta aboga por establecer sanciones en caso de incumplimiento, pero serían los países los que, a partir de un mínimo, establecerían el castigo. “Siempre podrían ir más allá de lo que se establezca en la Unión Europea”, dijo. En este sentido, habló además de “flexibilidad” para las compañías “cuando veamos que les ha sido imposible encontrar una candidata para un determinado trabajo”.
La directiva tendrá, en caso de ser aprobada en los términos que adelantó ayer Reding, fecha de caducidad. “Nuestro objetivo no es poner cuotas para siempre sino romper el techo que impide a las mujeres alcanzar puestos de poder y, una vez roto, no harán falta cuotas”. Recalcó además que la elección de una fémina “siempre” debería estar basada en sus méritos. Pero consideró que eso no será un problema: “Talento hay”.
La medida suavizada da respuesta a algunos de los argumentos de los detractores a la medida. Uno de ellos es que es competencia de los Gobiernos nacionales legislar al respecto. Pero Reding les recordó ayer en su discurso que “solo se legisla a nivel europeo si las leyes nacionales son insuficientes para lograr un objetivo”. Y añadió que desde que nueve países le manifestaran por carta su rechazo, entre ellos Reino Unido y Holanda, ha recibido “muchas otras misivas” a favor de sus intenciones. Entre ellas, señaló, la del Gobierno francés firmada por la ministra de Igualdad y el ministro de Economía. “Un hombre”, recalcó.
Reding lanzó otro mensaje a los países contrarios a las cuotas: “Sé que puedo contar con el Parlamento Europeo y espero que también pueda contar con los nacionales para que esto salga adelante, porque es necesario para nuestra sociedad y nuestra economía”, dijo, e insistió en los beneficios económicos, además de los sociales, que supondría incorporar a las mujeres a los puestos de dirección. “Se creará más empleo”, vaticinó.
A los partidarios de que establecer cuotas quede a voluntad de las empresas les recordó que hace un año propuso a más de 1.000 compañías que voluntariamente aumentaran la proporción de mujeres en sus consejos de dirección. “¿Qué ha pasado? ¿Qué revolución ha habido? Ninguna, pero el mero hecho de haber planteado el tema, ha impulsado que se incorporen más mujeres a puestos de dirección”.
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